The hair-dryer incident

Lo que escribo a continuación es la traducción de parte de este post de 2014 titulado The hair-dryer incident de Scott Alexander, en concreto la parte V

Aquí va: 

El incidente del secador de pelo fue probablemente la mayor controversia que he visto en el hospital psiquiátrico donde trabajo. La mayoría de las veces, todos los psiquiatras se llevan bien y tienen más o menos la misma opinión sobre las cosas esenciales, pero la gente se peleaba por el incidente del secador de pelo.

Básicamente, una mujer obsesiva compulsiva conducía al trabajo todas las mañanas y le preocupaba haberse dejado el secador de pelo encendido y que fuera a incendiar su casa. Así que regresaba a casa para comprobar que el secador de pelo estaba apagado, luego volvía al trabajo, luego se preocupaba de que quizás no lo había comprobado lo suficientemente bien, luego volvía a conducir, y así diez o veinte veces al día.

Es un caso bastante típico de trastorno obsesivo-compulsivo, pero realmente estaba perturbando su vida. Trabajaba en un puesto de alto nivel -creo que de abogada- y llegaba constantemente tarde a todo por culpa de ese ir y venir en coche, hasta el punto de que su carrera estaba en declive y pensó que tendría que dejarlo y solicitar la invalidez. No podía salir con los amigos, ni siquiera podía ir a restaurantes porque no dejaba de preocuparse por haberse dejado el secador de pelo encendido en casa y tenía que salir corriendo. Había acudido a innumerables psiquiatras, psicólogos y orientadores, había hecho todo tipo de terapias, había tomado toda la medicación del mundo y nada le había ayudado.

Así que vino a mi hospital y la atendió un colega mío, que le dijo: “Oye, ¿has pensado en llevarte el secador de pelo?”.

Y funcionó.

Cuando se dirigía al trabajo por la mañana, empezaba a preocuparse por si se había dejado el secador de pelo encendido y se iba a quemar la casa, así que miraba al asiento de al lado y allí estaba el secador de pelo. Y ella sólo tenía un secador de pelo, que ahora estaba contabilizado. Así que soltaba un suspiro de alivio y seguía conduciendo hacia el trabajo.

Y aproximadamente la mitad de los psiquiatras de mi hospital pensaron que esto era absolutamente escandaloso, y que así no se trata el trastorno obsesivo-compulsivo, y que qué pasaría si la comunidad psiquiátrica en general se enterara de que, en lugar de administrar todos estos medicamentos de alta tecnología y terapias sofisticadas, simplemente le decíamos a la gente que pusiera el secador de pelo en el asiento delantero de su coche.

Yo, en cambio, pensé que era la mejor historia que había oído nunca y que el tipo se merecía una medalla. Aquí hay alguien que era totalmente intratable por los métodos normales, con una enfermedad incapacitante, y una intervención sencillísima en la que nadie había pensado le devolvió la vida. Si algún día abro mi propia consulta de psiquiatría, me estoy planteando medio en serio utilizar un dibujo de un secador de pelo como logotipo, sólo para que todo el mundo sepa cuál es mi postura en este asunto. 

Con frecuencia, las mejores (las únicas, a veces) soluciones a un problema no forman parte del abanico de opciones típico, del manual, de las que tenemos a mano, sino que hay que aplicar la imaginación, y por qué no, la sabiduría.

A esto se le llama pensar fuera de la caja (thinking outside the box).

Típico ejemplo el de unir 9 puntos con 4 líneas rectas (de un trazo), pero hay bastantes más. (anímate que seguramente tengas tiempo libre en estas fechas)

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