La mayoría de nuestra existencia es “racional”, o eso queremos creer.
Tu toma de decisiones se fundamenta en “dejar enfriar”, analizar, sopesar, valorar y decidir.
Nada como cierta perspectiva para ver las cosas con menos ruido, más claras.
Digamos que para decidir esperamos a que todo se calme, que la situación no esté agitada, sino TEMPLADA. En el 5 en una escala del 1 al 10.
Control.
Lo racional es bueno.
O no
Hay otra vida, otra existencia que es “emocional”.
Te dejas inundar por sensaciones, te apasionas, tomas partido, descontrolas, sin que temas las consecuencias, estás preparado para ello.
Descontrol
Saber cómo, cuándo y hasta dónde descontrolas , en también un modo de control.
Son dos facetas que coexisten, se entremezclan, ambas son imprescindibles, NECESARIAS, ambas te conforman y por tanto te definen.
Si no haces lo que quieres, sino lo que otros esperan de ti.
Si no das rienda suelta a tus pensamientos porque crees que no es apropiado
Si no manifiestas lo que te deseas porque crees que puede incomodar
Entonces ¿quién o qué eres?
No habrá nada que cambiar si no ves motivo; sólo darle una vuelta, quizá.
Porque si dejas de hacer lo se espera de ti, si le das rienda suelta a la imaginación, si expresas tus deseos, y todo eso supone un problema, no es tu problema, es de los otros.
Conocerse y aceptarse.
Ese es un gran valor.